Mis Primeros Años.

The Beatles

Nací en la hermosa ciudad de Valdivia, en una fría tarde otoñal. Y desde mi más temprana edad tengo recuerdos de haber estado siempre con un lápiz y un cuaderno de dibujo en la mano. Pero, así como en un momento dado tuve ojos para el arte, también tuve oídos para la música.

Es así como a los 7 u 8 años de edad, mi padre me compró –ante su sorpresa- un cassette de Los Beatles, el cual fue toda una revelación para mí. Con una vieja guitarra de madera que había pertenecido a mi abuelo, aprendí a tocar sus magníficas canciones, entregado como muchos a sus hechizantes melodías. Y desde luego por aquello era presa de toda clase de burlas en el colegio porque, mientras mis compañeros disfrutaban de los artistas del momento, yo seguía fiel a éstos ingleses que revolucionaron la música contemporánea. Visto en perspectiva, The Beatles fue sin duda la primera influencia artística importante en mi historia de vida.

Cabe consignar además, que mis ojos de niño también se habían posado sobre la obra de los grandes pintores y escultores del Renacimiento, pero tendría que llegar a una edad madura para que mi mirada se volviera a posar sobre estos últimos. 

Los Años 90.

Después vinieron los primeros años 90, el retorno a la democracia, y el momento en que la presencia femenina toca mi puerta por primera vez. Desde ese instante todo cambió para mí.

Vincent Van Gogh

Estimulado por ese amor adolescente, se desencadena mi primer cambio de estilo. Es así como mi trabajo pasa de ser una mera entretención infantil, a ser algo un poco más serio. Además, es el minuto en que la influencia de Vincent Van Gogh entra en escena, el cual descubro gracias a unas notas del “Artes y Letras” de El Mercurio que mi padre llevó a casa, con motivo de los cien años de la muerte del artista, y de esa manera entonces comienzan a desfilar por mis telas coloridos paisajes, bodegones y flores.

Por desgracia, es muy poca la obra que conservo de ésa época, tan inspirada por la presencia femenina, y por el color y la pincelada del genio holandés. Pero no cabe duda que aquel fue un período gravitante para el desarrollo de mi pintura.

Roberto Matta

Luego de eso fue el turno de la segunda mitad de los años 90 y de otro cambio de estilo. Es el instante en que descubro el surrealismo de Salvador Dalí y Giorgio De Chirico. Pero es el chileno Roberto Matta –cuya obra descubro en uno de mis frecuentes viajes a Puerto Varas- el que provoca un impacto en mi mente de tal magnitud, que mi pintura deja por un tiempo de ser figurativa para mutar en un estilo manifiestamente abstracto.

Matta es el creador cósmico por excelencia, el pintor del espacio y el universo, y su influencia se deja caer con fuerza en mi pintura, que como ya he dicho, se vuelve más abstracta, más simbólica, más monocroma y con una técnica más diluida. Además, es el momento en que amplío los formatos: el dominio del espacio se vuelve fundamental para mi pintura. Y es también el momento trascendental en que emigro a la ciudad de Temuco en busca de otros horizontes.

También cabe consignar que es poca la obra que conservo de aquella época particularmente prolífica.

 

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